Las empresas funcionan con contenido: propuestas, contratos, facturas, diseños, planos, documentos legales, imágenes, vídeos de formación, etc. Según IDC, en 2025 habrá más de 130 000 millones de terabytes de contenido.1 Este contenido a menudo está sin estructurar, bloqueado en repositorios aislados o, aún peor, en papel en algún almacén.