Las empresas minoristas y de bienes de consumo viven hoy bajo una presión constante: mantenerse al día con el aumento del comercio electrónico y las compras multicanal, conseguir el equilibrio de las cadenas de suministro mundiales,1 reinventar las experiencias en las tiendas y administrar los volúmenes de datos y las preocupaciones de privacidad, por nombrar algunas.